El niño con el pijama de rayasDesde la ventana de su dormitorio, Bruno ve una valla tras la cual hay muchas personas vestidas con pijamas de rayas. Sus padres llegarán al acuerdo de que Bruno y Gretel (su hermana) necesitan un profesor particular, de esta manera entra en la historia Herr Listz. Un aburrido maestro empeñado en que aprendan materias tan tediosas como la Historia. En medio de tanta confusión, su mente se pregunta qué es lo que está ocurriendo afuera. ¿Por qué se viste todo el mundo siempre con ese horrible pijama de rayas? Una tarde conseguirá escaparse y se topará con un muchacho judío llamado Shmuel. En seguida se harán amigos y todas las tardes Bruno charlará con Shmuel. Su hermana le contará que las personas que hay detrás de las vallas son judíos, y que él y su familia son “todo lo contrario”. Al poco tiempo de esta aclaración, Bruno cogerá piojos y tendrán que afeitarle la cabeza, lo que hace aún más sencillo el proceso de identificación con su amigo Shmuel y el pensamiento de que “realmente, no son tan diferentes”.
La última aventura de Bruno en el campo de concentración consiste en hacerse con un pijama de rayas para hacerse pasar por un judío en el campo de concentración. Sólo de esta manera podrá colarse en el campo y ayudar a Shmuel en la búsqueda de su padre, recientemente desaparecido. Bruno parece incapaz de comprender la tragedia que se vive a su alrededor incluso aunque su amigo, de la misma edad, es plenamente consciente de ella. No vamos a desvelar en leergratis el final de esta deliciosa historia, que en muchos momentos nos ha recordado a “La vida es bella”, aunque vista desde la inocencia de un niño alemán.
ameicin
ResponderEliminarEn mi opinión es un libro bueno pero es una senda porqueria
ResponderEliminarVivaael rey
ResponderEliminarPilila de cisne esloveno trasculandose a tremendo dromedario de raza vietnamita
ResponderEliminarElefante lanudo turco siendo penetrado por organo viril masculino de goku super sayan blue
ResponderEliminarJuanito en tremenda orgia de mamuts con javi con yatekomo en el pelo comiendo una buena salsa de tremendo rabo de raza kazaja.
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